Los bulldgos, al igual que todos los demás perros, no tienen glándulas sudoríparas repartidas por el cuerpo. Tan solo existen en las plantas de los pies, y lo vemos cuando en verano después de hacer ejercicio caminan sobre un suelo de mosaico dejando su huella humeda.
El mecanismo por el cual el bulldog elimina el exceso de temperatura corporal es mediante el jadeo. Así cuando hace ejercicio y sus demandas de oxígeno aumentan se acelera el ritmo cardiaco y también aumenta la frecuencia respiratoria. Al pasar el aire con mayor velocidad por la boca abierta (jadeo) y con la lengua colgando aumenta la superficie de intercambio de calor con el exterior.
Si la temperatura externa es elevada ese intercambio no es nada eficaz, el perro no pierde temperatura. Además se produce edema de laringe y glotis con facilidad por el propio jadeo por lo que el el diametro de la zona de entrada de aire se reduce. Esto empeora la refrigeración mediante jadeo del bulldog por lo que se produce más edema de laringe, el paso de aire se dificulta más y la temperatura interna de nuestra mascota sigue subiendo.
Finalmente se desencadena un cuadro de shoc irreversible que conocemos como golpe de calor. Si el animal ya padecía de obstrucción crónica de vias respiratorias (típico de braquiocefálicos) se producirá ahogo y golpe de calor con más facilidad y con temperatura externa no tan elevada.
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